Legislación estadounidense sobre cosméticos: en EE.UU., la información es clave, y hay que hacer todo lo posible para que el consumidor tome una decisión de compra bien informada. La legislación estadounidense sobre cosméticos, incluida la MoCRA, parece bastante ligera en comparación con la europea. Normalmente, no es prescriptiva cuando se trata de garantizar la seguridad del producto o de fundamentar las comunicaciones de marketing. La razón es que los consumidores son responsables de las decisiones que toman en su propia vida. En otras palabras, se considera que los consumidores son plenamente responsables si perjudican su propia salud, ya que se les proporcionó información adecuada sobre el producto. La consecuencia lógica de esto es que el consumidor puede demandar a la empresa responsable en caso de problema. EE.UU. es una sociedad más litigiosa, y no es raro que un consumidor demande a una marca de cosméticos. Esto ocurre todos los días (especialmente en forma de demandas colectivas) y los costes derivados de resolverlas pueden ser devastadores para una empresa. Por tanto, las palabras clave son libertad y responsabilidad. Aunque la MoCRA y la normativa vigente conllevan una serie de obligaciones, queda mucha más libertad en manos de la marca de cosméticos para demostrar adecuadamente el cumplimiento y la seguridad de sus productos.
Legislación estadounidense sobre cosméticos – Contexto normativo
Aunque a primera vista parecen bastante similares, las culturas estadounidense y europea difieren en varios aspectos. En cuanto a las implicaciones para la industria cosmética, las principales diferencias son las siguientes:
Información al consumidor frente a protección del consumidor
En EE.UU., la información es clave, y hay que hacer todo lo posible para que el consumidor tome una decisión de compra bien informada. La legislación sobre cosméticos parece bastante ligera en comparación con Europa, y no es prescriptiva cuando se trata de garantizar la seguridad de los productos o fundamentar las comunicaciones de marketing. No es de extrañar, pues, que los consumidores sean responsables de la decisión que toman en sus propias vidas. En otras palabras, se considera que los consumidores son plenamente responsables si perjudican su propia salud, ya que se les proporcionó información adecuada sobre el producto. La consecuencia lógica de esto es que el consumidor puede demandar a la empresa responsable en caso de problema. EE.UU. es una sociedad más litigiosa, y que un consumidor demande a una marca de cosméticos no es inusual. Esto ocurre todos los días (especialmente en forma de demandas colectivas) y los costes derivados de resolverlas pueden ser devastadores para una empresa.
Principio de precaución
Un elemento clave de las políticas estadounidenses de gestión de riesgos es lo que se denomina principio de precaución. El planteamiento del gobierno federal estadounidense sobre la gestión de las sustancias químicas establece un listón muy alto para la prueba del daño que debe demostrarse antes de emprender una acción reguladora. La carga de demostrar que un producto no es seguro recae en las autoridades hasta que se plantea un problema real de seguridad. Cuando se produce un suceso de este tipo, el recurso legal por parte del consumidor y/o de las autoridades se hace entonces posible, si no probable. A modo de ejemplo, la legislación estadounidense no es prescriptiva y sólo prohíbe seis ingredientes y restringe otros tres[21 CFR 700.11-27 y 250.250], pero esto no debe interpretarse como algo fácil. Es simplemente un recordatorio de que el diablo está en los detalles, y las trampas más peligrosas son las que permanecen invisibles. Cualquier cosmético comercializado en el mercado estadounidense debe cumplir las disposiciones de la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos, la Ley de Envasado y Etiquetado Justos y todas las normativas publicadas bajo la autoridad de estas leyes (y también pueden aplicarse normativas estatales específicas).
En EEUU, los productos cosméticos se dividen en tres categorías de productos:
Estos rasgos culturales de EEUU dieron lugar a dos leyes federales principales que regulan los cosméticos:

Sin embargo, lo que se denomina “cosméticos” en EE.UU. no coincide perfectamente con la definición de “cosméticos” en la UE/Reino Unido y en la mayoría de los demás países:
Cosméticos normales
La FDA define los cosméticos [Ley FD&C, art. 201(i)] por su uso previsto, como “artículos destinados a ser frotados, vertidos, rociados o pulverizados sobre el cuerpo humano, introducidos en él o aplicados de cualquier otro modo… para limpiarlo, embellecerlo, aumentar su atractivo o modificar su aspecto”. Ejemplos: cremas hidratantes para la piel, perfumes, barras de labios, esmaltes de uñas, maquillaje de ojos y cosméticos faciales, champús limpiadores, ondas permanentes, tintes para el pelo y desodorantes, así como cualquier sustancia destinada a utilizarse como componente de un producto cosmético.
Productos de venta libre
Los productos de venta libre son medicamentos disponibles sin receta. La FDA define los medicamentos de venta libre [Ley FD&C, art. 201(g)(1)]] como “medicamentos que son seguros y eficaces para su uso por el público en general sin necesidad de acudir a un profesional sanitario”.BIORIUS puede cubrir los medicamentos de venta libre con monografías existentes. La FDA ha publicado monografías (es decir, normas), en las que se establecen requisitos como qué ingredientes pueden utilizarse y con qué fin.
Jabones
En La FDA define “jabón ” según dos condiciones:
- la mayor parte de la materia no volátil del producto consiste en una sal alcalina de ácidos grasos y las propiedades detergentes del producto se deben a estos compuestos alcalinos de ácidos grasos, y
- el producto se etiquete, venda y represente únicamente como jabón[21 CFR 701.20].