BIORIUS se dio cuenta de que muchos de sus clientes están confundidos por los requisitos lingüísticos de la UE. Aunque este aspecto es responsabilidad de tus distribuidores (según el artículo 6 del Reglamento sobre cosméticos de la UE), es importante hacer un recordatorio de las normas vigentes, ya que el diseño y la edición de etiquetas y envases es un ejercicio costoso para los propietarios de marcas de cosméticos.
Requisitos legales mínimos impuestos por el Reglamento Europeo de Cosméticos
Según el artículo 19 §5 del Reglamento sobre cosméticos de la UE, los distribuidores tienen que asegurarse de que un determinado número de requisitos de etiquetado estén debidamente traducidos a la lengua o lenguas nacionales de los países en los que se pretende vender los productos.
Estos requisitos de etiquetado son:
- El contenido nominal (unidades imperiales en el Reino Unido, unidades métricas en los demás países de la UE)
- La fecha de duración mínima y el Periodo Después de la Apertura (PAO)
- Las advertencias, los consejos de prudencia
- La función del producto cosmético (no es obligatorio si es obvio, pero debe traducirse si se indica en la etiqueta del producto)
- El prospecto, la etiqueta, la cinta adhesiva, la etiqueta o la tarjeta adjuntos o incluidos, si los hay
- El aviso en la proximidad inmediata del recipiente en el que el producto cosmético se expone a la venta, en su caso
Los distribuidores tienen pleno derecho a rechazar productos que no cumplan estos requisitos lingüísticos, y tal rechazo no puede considerarse responsabilidad de Biorius ni de ningún otro responsable de la UE.
El etiquetado de la función del producto no es obligatorio si ésta queda clara en la presentación del producto. Sin embargo, si tienes que (o decides) etiquetarlo, entonces tiene que ser en la lengua o lenguas adecuadas.
No se acepta la función del producto en inglés y su traducción en un folleto, a menos que el producto sólo se venda en Chipre, Irlanda, Malta y Reino Unido.
Del mismo modo, las advertencias y los consejos de prudencia pueden indicarse en el prospecto si no hay espacio suficiente en el envase (envase primario) o en el embalaje (envase secundario). Sin embargo, si tienes que etiquetarlos, debe ser en la lengua o lenguas adecuadas. Una vez más, no es aceptable que las advertencias y los consejos de prudencia figuren en inglés en el recipiente o envase y las traducciones en un folleto, a menos que el producto sólo se venda en Chipre, Irlanda, Malta y Reino Unido.
Para más información, consulta el apartado “Disposiciones nacionales”.
Requisitos legales impuestos por el Reglamento Europeo sobre Declaraciones de Cosméticos
BIORIUS recomienda que se traduzcan también las reivindicaciones del producto. La traducción de las declaraciones no es un requisito formal de la legislación europea (ver “Disposiciones nacionales” para las excepciones), sino más bien una interpretación de la legislación por parte de las Autoridades Nacionales. De hecho, el Reglamento UE nº 655/2013 sobre la justificación de las reivindicaciones cosméticas menciona que:
“La aceptabilidad de una reivindicación se basará en la percepción del usuario final medio de un producto cosmético, normalmente informado y razonablemente atento y perspicaz, teniendo en cuenta los factoressociales, culturales y lingüísticos del mercado en cuestión.“
Sobre esta base, suele considerarse más seguro traducir las reivindicaciones a la(s) lengua(s) de los países en los que se vende el producto. Se puede argumentar que la mayoría de las personas que viven en algunos países comprenden bien el inglés, pero esto sigue siendo una cuestión de interpretación y, por tanto, el resultado es incierto.
Basándose en su experiencia, BIORIUS confirma que no traducir las declaraciones no debería ser un problema en los países del norte de Europa, como Holanda, Finlandia, Dinamarca, Suecia o Islandia, por ejemplo. Por el contrario, no traducir las reivindicaciones puede ser un problema (al menos desde el punto de vista del marketing) en los países del sur de Europa.
Sobre esta base, los propietarios de marcas tienen básicamente tres opciones:
- Desarrollar una etiqueta y un envase específicos para cada país (o para un par de países) – la mejor opción según BIORIUS
- Crear una etiqueta y un envase únicos que cumplan todos los requisitos lingüísticos (todas las traducciones se etiquetan en el envase o embalaje): imposible a menos que sólo te dirijas a unos pocos países de la UE.
- Desarrollar una etiqueta y un envase únicos y aplicar una pegatina donde sea necesario – opción práctica pero cuestionable desde el punto de vista del marketing
Para la memoria, las lenguas nacionales a tener en cuenta son las siguientes:
País | Lengua |
Austria | Alemán |
Bélgica | Holandés, francés y alemán |
Bulgaria | Búlgaro |
República Checa | Checa |
Chipre | Griego o inglés |
Dinamarca | Danés |
Estonia | Estonio |
Finlandia | Finlandés y sueco |
Francia (¡Precaución!) | Francés (ver más abajo) |
Alemania | Alemán |
Grecia | Griego |
Hungría | Húngaro |
Irlanda | Inglés |
Italia (¡Precaución!) | Italiano (ver más abajo) |
Letonia | Letón |
Lituania | Lituania |
Luxemburgo | Francés o alemán o luxemburgués |
Malta | Maltés o inglés |
Países Bajos | Holandés |
Noruega | Noruega |
Polonia | Polaco |
Portugal | Portugués |
Rumanía | Rumano |
Eslovaquia | eslovaco |
Eslovenia | Esloveno |
España | Español |
Suecia | Sueco |
Reino Unido | Inglés |
Disposiciones nacionales
Dos países aprobaron leyes nacionales para garantizar que todo lo que figure en la etiqueta esté traducido a su lengua nacional: Francia e Italia. No traducir las etiquetas al francés y al italiano si los productos se comercializan en estos mercados puede dar lugar a problemas de cumplimiento.
En Francia, la ley Toubon (n° 94-665 de 4 de agosto de 1994) te obliga a utilizar la lengua francesa para el etiquetado. El único elemento del etiquetado que está exento de traducción es la mención “Fabricado en”. Esta exención no se extiende a declaraciones similares como “País de origen”.
En cuanto a las advertencias e instrucciones de uso o alegaciones de comercialización que pueden indicarse en un prospecto en lugar de en la etiqueta del producto: se recomienda que las traducciones al francés, italiano e inglés permanezcan en las etiquetas del producto, mientras que es aceptable que las demás traducciones figuren en el prospecto.